Galletas de “mieldecaña”

HISTORIA

Las galletas, que hoy disfrutamos como golosinas, fueron la forma de conservar fácilmente tortas de cereales y de cómodo transporte al someterlas al calor. Marco Gavio Apicio (25 a.C.-37 d.C.) en su De re coquinaria (V-1,3) describe cómo hacer las gachas de leche, empezando por romper tres galletas de harina dentro de la cacerola. Hasta bien entrado el S. XIX eran parte del alimento de la marinería o aparece en los recetarios de cocina como sustituto o equivalente del pan; no será hasta el s. XIX con la revolución industrial cuando ocupó el carácter de dulce o golosina que hoy tiene.

Ingredientes

300 g de harina; 125 g de azúcar; 75 g de mantequilla; 40 ml de agua mineral; 40 ml de “mieldecaña”; 1 cucharadita de café de canela en polvo; 1 1/2 cucharadita de bicarbonato

Elaboración

En un bol se coloca la harina, la canela y el bicarbonato, se mezcla y se reserva. Hacer un sirope para la masa de galletas, colocando en un cazo el agua, la “mieldecaña” y el azúcar. Cuando empiece a hervir se aparta del fuego y se incorpora la mantequilla cortada en dados, comenzando a remover bien hasta que se ligue totalmente y se empieza a añadir los ingredientes secos.
Primero se le vierte la mitad de la mezcla de harina, mientras se remueve con una cuchara de madera constantemente. Cuando está casi incorporada, se echa la otra mitad poco a poco y se sigue removiendo. Cuando su textura no se puede trabajar en el bol, se vuelve a la mesa y se comienza a amasar con las manos hasta obtener una bola homogénea que no se pegue en las manos.
Terminado de amasar, se envuelve la masa en papel film y se deja reposar en el frigorífico toda la noche.
Cuando se van a hacer las galletas, se precalienta el horno a 180º C, se saca la masa del frigorífico, se le golpea con el rodillo y, cuando se ve que la masa es maleable, se corta un trozo y se estira entre dos papeles de horno, hasta obtener un grosor de unos 3 o 4 milímetros. Emplear moldes (cortapastas) para obtener galletas del tamaño y forma deseada, y llevar al horno con papel sulfurizado 10 o 12 minutos según la fuerza del horno. Sacar y dejar enfriar. Conviene hacerle agujeritos o incisiones con un palillo de dientes para que la cocción sea homogénea.

Receta del libro de Fernando Rueda  “LA MIEL DE CAÑA EN LAS COCINAS TRADICIONAL Y CREATIVA”