1/2 l de “mieldecaña” 1 y 1/2 k de azúcar Una cucharadita pequeña de canela Una cucharadita de matalahúva (molida) La ralladura de un limón 150 g de almendras
Elaboración
Mezcla la “mieldecaña” con el azúcar y llévala al fuego mientras remueves constantemente con una cuchara de madera para que no se pegue, hasta que la mezcla forme un cordón que caiga al recipiente cuando la levantes con la cuchara. Otra prueba de que la mezcla esté bien, es dejar caer unas gotitas en un vaso de agua fría, si se van al fondo del vaso formando bolitas, estaría en su punto, si por el contrario se disuelven, continúa con la mezcla al fuego y vuelve a hacer la prueba más tarde. A continuación aparta la mezcla del fuego y continúa removiendo al tiempo que le añades el resto de los ingredientes y 150 g de almendras picadas o molidas con su cáscara y sigue batiendo otro ratito hasta que el líquido esté un poco más espeso pero que se pueda vaciar en moldes cónicos de madera, barro o metálicos. Los moldes deben ser hechos de dos partes, para así poder sacar las rapaduras al ratito, cuando estén duras e incluso calientes. Por último, rellénalas con un poquito de gofio y emplata al gusto.